Emmy Noether: La Matemática que Revolucionó la Física y Admirada por Einstein.

Cuando Emmy Noether decidió estudiar matemáticas en Alemania, las mujeres aún no podían matricularse en la universidad. Años después, cuando finalmente logró permiso para impartir clases, lo hizo sin recibir remuneración. Pese a los obstáculos, Albert Einstein la consideró “el genio matemático más creativo” desde que las mujeres pudieron acceder a la educación superior.

Su legado no se limita al desarrollo del álgebra moderna, en la que hizo importantes contribuciones sobre anillos y cuerpos, sino que también dejó una huella profunda en la física teórica. Su teorema es una pieza clave para comprender la relatividad general y muchas otras ramas de la ciencia.

Desafíos en un Mundo Académico Cerrado

Nacida en 1882, Noether creció en una familia apasionada por las matemáticas. Su padre, Max Noether, era profesor en la Universidad de Erlangen, institución que inicialmente rechazaba la presencia de mujeres en sus aulas. No obstante, en 1900, se le permitió asistir a clases como oyente, aunque dependía del permiso expreso de cada docente. A pesar de estas restricciones, se graduó en 1903 y, posteriormente, obtuvo su doctorado en 1907 con una investigación sobre invariantes algebraicos.

Sin embargo, su camino hacia la docencia fue aún más difícil. Durante siete años enseñó en Erlangen sin recibir salario, en ocasiones reemplazando a su propio padre. Más adelante, cuando el matemático David Hilbert intentó llevarla a la Universidad de Gotinga en 1915, se encontró con la resistencia de sus colegas. Argumentaban que no era adecuado que los soldados que regresaban de la guerra recibieran clases de una mujer. Ante estas críticas, Hilbert respondió con ironía: “Somos una universidad, no un sauna”. Pese a ello, Noether tuvo que impartir clases durante cuatro años bajo el nombre de Hilbert y sin pago.

El Teorema que Transformó la Física

El trabajo de Noether en la teoría de invariantes fue crucial para la física moderna. Su famoso teorema establece una relación fundamental entre la simetría de un sistema y las cantidades conservadas, una idea central en la física de partículas y la teoría cuántica de campos.

Para ilustrar su concepto, los físicos explican que si alguien observa una copa de vino y la gira sobre su eje mientras tiene los ojos cerrados, al abrirlos no notará diferencia. Esa es una simetría. En cambio, si la copa se mueve en otra dirección, el cambio será evidente. Noether demostró que estas simetrías están directamente relacionadas con magnitudes físicas conservadas, como la energía, el momento lineal y el momento angular, principios esenciales en la formulación de leyes físicas.

El impacto de su teorema es tal que muchos lo consideran “el más bello del mundo”, no solo por su elegancia matemática, sino por su utilidad en la resolución de problemas científicos. Sus ideas han sido esenciales para entender desde la estructura del universo hasta el comportamiento de materiales y partículas subatómicas.

Un Reconocimiento Tardío

Con la llegada del nazismo, Noether, de ascendencia judía, fue destituida de su puesto en Gotinga y se vio obligada a abandonar Alemania. Se estableció en Estados Unidos, donde trabajó en el Colegio Bryn Mawr y en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Su nueva etapa académica fue corta, ya que falleció en 1935 a los 53 años tras una cirugía.

A pesar de los desafíos que enfrentó en vida, su legado ha perdurado y sigue siendo una figura fundamental en la historia de la ciencia. En una carta publicada tras su muerte, Einstein expresó su admiración por ella, lamentando que no recibiera el reconocimiento que merecía en su país natal. Hoy, Emmy Noether es recordada como una pionera que abrió caminos en las matemáticas y la física, dejando una huella imborrable en ambas disciplinas.