Varios palestinos detenidos por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han relatado a la BBC haber sido víctimas de abusos y torturas durante su encarcelamiento. Entre los testimonios, se mencionan agresiones físicas como quemaduras, golpizas, descargas eléctricas, y el uso de productos químicos. Mohammad Abu Tawileh, uno de los liberados, describió cómo fue sumergido en productos químicos y le prendieron fuego en la espalda. Otros detenidos también reportaron haber sido sometidos a torturas psicológicas y físicas, como la privación de comida, agua y atención médica.
Los detenidos estaban bajo la “Ley de Combatientes Ilegales”, que les permitió ser retenidos sin cargos, y fueron acusados de tener vínculos con Hamás, aunque en su mayoría no se encontró evidencia de su implicación en los atentados del 7 de octubre de 2023. Las Fuerzas de Defensa de Israel han negado las acusaciones, afirmando que algunas de las denuncias serán investigadas, pero rechazaron los casos como infundados o sin pruebas suficientes.
A pesar de los testimonios y las pruebas presentadas por los entrevistados, las autoridades israelíes insisten en que respetan los derechos de los detenidos y que cualquier abuso sería investigado y tratado según corresponda. Sin embargo, los expertos en derechos humanos han calificado los relatos como violaciones graves del derecho internacional.
