Ataque con misiles rusos en Sumy deja más de 30 muertos y un centenar de heridos.

Un ataque con misiles en la ciudad ucraniana de Sumy, al noreste de Kyiv, ha causado la muerte de al menos 34 personas y ha dejado heridas a 117 más, según reportó el servicio estatal de emergencias de Ucrania. El bombardeo ocurrió en la mañana del domingo y se produjo mediante el lanzamiento de dos misiles balísticos, identificados como Iskander-M/KN-23, que impactaron en las cercanías de la Universidad Estatal de Sumy.

Uno de los misiles alcanzó un centro de congresos que, según residentes, es frecuentemente utilizado para actividades educativas y culturales por la comunidad local. En total, las autoridades reportaron daños en al menos 51 edificaciones, incluyendo cuatro centros educativos, cinco bloques residenciales, cafeterías, tiendas y una treintena de vehículos, entre ellos tranvías.

Entre las víctimas mortales se encuentran dos menores, mientras que otros 15 niños resultaron heridos. Las autoridades advirtieron que el número de fallecidos podría aumentar debido a que los equipos de rescate continúan trabajando en la zona del ataque.

Este ataque es uno de los más mortales perpetrados por Rusia en los últimos meses, y coincide con las celebraciones del Domingo de Ramos en Ucrania.

Condenas internacionales y llamados a la acción

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, calificó el ataque como “aterrador” y exigió a la comunidad internacional que no permanezca indiferente. “El mundo debe tratar a Rusia como lo que es: un estado terrorista. Solo con presión real sobre el agresor podrá alcanzarse la paz”, declaró Zelensky.

El canciller ucraniano, Andrii Sybiha, también se pronunció duramente, señalando que lanzar misiles durante una festividad religiosa demuestra una “maldad absoluta”, y aseguró que están reuniendo pruebas para denunciar este hecho como un crimen de guerra.

Desde Estados Unidos, el enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, dijo que este acto “cruza cualquier línea de decencia”, mientras que el secretario de Estado, Marco Rubio, lo describió como “un trágico recordatorio” de la urgencia de lograr una solución pacífica.

Líderes europeos también se manifestaron. El presidente francés Emmanuel Macron condenó el ataque, calificándolo como un “desprecio absoluto por la vida humana”, y el primer ministro británico, Keir Starmer, pidió a Moscú un alto al fuego inmediato, destacando que Ucrania ya ha aceptado una tregua de 30 días propuesta por Estados Unidos.

El contexto: negociaciones estancadas

Los misiles impactaron apenas dos días después de una reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el enviado estadounidense Steve Witkoff en San Petersburgo. El Kremlin describió el encuentro como “productivo”, aunque el presidente Trump expresó su frustración por la falta de avances, subrayando que “demasiadas personas están muriendo cada semana en una guerra sin sentido”.

Zelensky lamentó que el gobierno ruso siga ignorando la propuesta estadounidense de cese al fuego, asegurando que sin una respuesta concreta de Moscú, los ataques seguirán cobrando vidas inocentes. “El régimen de Putin cree que puede seguir matando sin consecuencias. Necesitamos medidas reales para frenar esta barbarie”, declaró.

La ciudad de Sumy, ubicada cerca de la frontera con Rusia y no lejos de la región de Kursk, ha sido considerada un posible punto de avance en las operaciones rusas, según analistas de defensa. Ucrania recuperó esa área en agosto de 2024, pero la situación sigue siendo tensa.