la fotógrafa mexicana que muestra los desafíos diarios que enfrentan los cubanos por el colapso económico de su país.

“Sobreviviendo a lo imposible”

La fotógrafa mexicana Sandra Hernández ha capturado a través de su lente la dura realidad que enfrentan los cubanos en medio del colapso económico del país. Su proyecto “Sobreviviendo a lo imposible” busca retratar la cotidianidad de la isla más allá de los estereotipos, enfocándose en los desafíos diarios de la población.

Inspirada en la obra “Lo infraordinario” del escritor francés Georges Perec, Hernández centra su trabajo en los aspectos cotidianos de la vida, argumentando que lo extraordinario no solo se encuentra en los eventos impactantes, sino también en las rutinas diarias de las personas. A través de su fotografía, documenta la resiliencia de los cubanos en un contexto de escasez de alimentos, apagones y dificultades económicas.

Una de las imágenes de su colección muestra a una madre joven junto a sus hijas en su modesto apartamento en Trinidad, reflejando una realidad común en la isla: muchas familias dependen de las mujeres, mientras los hombres suelen migrar en busca de mejores oportunidades económicas. Este fenómeno ha dejado comunidades en las que predominan madres y abuelas que se encargan del cuidado de los niños.

Desde 2019, la economía cubana ha registrado una contracción del 12%, lo que ha llevado a una crisis de abastecimiento y a un incremento de la emigración. Hernández relata que durante su estancia en Trinidad, algunos panaderos le pidieron ayuda para salir del país, motivados por las dificultades que enfrentan en su día a día.

La crisis ha afectado incluso el crecimiento poblacional de Cuba. Datos oficiales revelan que en 2024 el número de nacimientos fue el más bajo en décadas, con una población que ha disminuido a 9,7 millones de habitantes, similar a la de hace 40 años. Paralelamente, el envejecimiento de la sociedad se ha acelerado, con más de una cuarta parte de los cubanos superando los 60 años.

Las imágenes de Hernández también reflejan el deterioro de las viviendas, la precariedad en los espacios de trabajo y la vida que transcurre en las calles debido al hacinamiento en los hogares. En sus visitas a la isla, ha presenciado cómo la escasez de productos básicos ha cambiado las dinámicas familiares y laborales.

A pesar de las adversidades, la fotógrafa destaca la calidez del pueblo cubano y su capacidad de adaptación. “Los cubanos son increíblemente resilientes y solidarios entre sí”, afirma. Sin embargo, también menciona el sentimiento de abandono que muchos expresan, al no recibir el apoyo necesario para mejorar su situación.

El proyecto de Sandra Hernández no solo documenta la crisis en Cuba, sino que también busca dar visibilidad a las historias de aquellos que resisten día a día en un entorno lleno de desafíos.