BlackRock busca controlar dos puertos estratégicos en el Canal de Panamá

Sin que muchas personas lo sepan, es posible que sus fondos de pensión sean gestionados por BlackRock, la firma de inversión más grande del mundo, cuyo poder financiero supera al PIB de la mayoría de los países, con excepción de Estados Unidos y China.

El fondo maneja más de 11 billones de dólares en activos y tiene participación en gigantes como Apple, Walmart y empresas farmacéuticas como Pfizer, Merck y Johnson & Johnson. Su modelo de negocio consiste en invertir los recursos de clientes que van desde bancos centrales hasta fondos de pensiones y aseguradoras.

Por su influencia en los mercados, algunos analistas lo describen como “uno de los dueños del mundo”, junto a otros dos gigantes de la gestión de activos: Vanguard y State Street. Estas tres compañías, denominadas “Los Tres Grandes”, concentran un inmenso poder financiero y político a nivel global.

Expansión en el Canal de Panamá

Esta semana, BlackRock anunció un acuerdo que involucra a Global Infrastructure Partners y Terminal Investment para adquirir la empresa china CK Hutchison, propietaria de numerosas terminales portuarias en 23 países. Entre ellas se encuentran Balboa y Cristóbal, dos puertos estratégicamente ubicados en los extremos del Canal de Panamá. La operación, valorada en 19.000 millones de dólares, podría redefinir la dinámica comercial de la región.

El anuncio llega en un momento de tensión entre Estados Unidos y Panamá. En los últimos meses, el presidente Donald Trump ha advertido sobre la influencia de China en la administración del canal, sugiriendo que Washington debería recuperar el control de esta vía interoceánica, transferida a Panamá en 1999.

Expertos señalan que la compra de estas terminales por parte de BlackRock podría calmar las preocupaciones del gobierno estadounidense, al trasladar su gestión a manos de un fondo de inversión con sede en Nueva York.

Según un reporte de Bloomberg, el CEO de BlackRock, Larry Fink, habría mantenido contacto directo con la Casa Blanca para informar sobre la transacción. Horas después del anuncio, Trump elogió públicamente la operación, afirmando que el canal “fue construido por estadounidenses y para estadounidenses”.

El poder de BlackRock y sus críticas

BlackRock, al igual que otros gigantes financieros, no tiene un único dueño. Sus principales accionistas son otros fondos de inversión, incluidos Vanguard y State Street, lo que crea una compleja red de control sobre los mercados globales.

El consejo directivo de la firma, presidido por Larry Fink, está compuesto por 17 miembros con estrechos vínculos con gobiernos y sectores estratégicos.

Para algunos analistas, el crecimiento de BlackRock lo ha convertido en una versión moderna de los grandes “trusts” del siglo XX, cuya concentración de poder llevó a la creación de leyes antimonopolio en Estados Unidos. Graham Steele, exfuncionario del Departamento del Tesoro, destaca que el fondo ejerce una influencia comparable a la de algunos Estados soberanos y ha desempeñado un papel clave en momentos críticos, como la crisis financiera de 2008 y la pandemia, cuando la Reserva Federal recurrió a sus servicios.

Sin embargo, su expansión no está exenta de críticas. Organizaciones y expertos advierten sobre el riesgo de que un número reducido de corporaciones controle infraestructuras estratégicas y sectores clave de la economía global, sin una regulación efectiva que limite su poder.

La compra de los puertos panameños es solo un ejemplo más del alcance de BlackRock y su capacidad para moldear el tablero económico y político mundial.