España brilla en el Mundial ‘indoor’ con medallas forjadas en casa

Diamé celebra su bronce, este domingo.

Por primera vez desde 2010, España logró subir tres veces al podio en el Mundial de Atletismo en pista cubierta, gracias a atletas que han desarrollado su carrera desde la infancia en el país. Josué Canales, una de las grandes revelaciones del torneo, dedicó su triunfo a su abuela, quien fue un pilar fundamental en su vida.

Si bien España ha celebrado logros de deportistas con raíces extranjeras, como Jordan Díaz o Lester Lescay, en esta ocasión las preseas llegaron de manos de talentos formados íntegramente en suelo español. En el reciente Mundial Indoor de Nanjing, la delegación española sumó tres medallas, un hito que no se alcanzaba desde hace 15 años. Ana Peleteiro, Fátima Diamé y Josué Canales fueron los protagonistas de este éxito, consolidando el crecimiento de una generación prometedora.

La emoción de Canales

Josué Canales, nacido en Honduras pero criado en Girona desde los tres años, dejó claro su compromiso con el atletismo español. “He venido para quedarme y quiero seguir aportando alegrías”, afirmó tras su destacada actuación en los 800 metros, donde se llevó el bronce. Su camino hasta aquí no fue fácil: creció en un entorno complicado y llegó al atletismo por casualidad, pero en el club GEiEG encontró su pasión y en el CAR de Sant Cugat, un nuevo hogar.

Su gesto antes de cada carrera, señalando el número 313, es un tributo al centro que lo formó. Pero su dedicatoria más especial fue para su abuela, Ruth Liliana, quien viajó desde Honduras para darle estabilidad y apoyo en su juventud. “Le debo todo a ella”, expresó con emoción tras cruzar la meta. En la final, Canales se mantuvo firme detrás del belga Eliott Crestan, asegurando su puesto en el podio junto al estadounidense Josh Hoey, que se llevó el oro.

Diamé y su búsqueda del gran salto

Horas antes del logro de Canales, Fátima Diamé también alcanzó la medalla de bronce en salto de longitud, repitiendo la hazaña que consiguió el año pasado en el Mundial de Glasgow. Nacida en Valencia de padres senegalés y portugueses, Diamé creció junto a las pistas del Turia, donde descubrió su pasión por el atletismo.

Bajo la dirección de Iván Pedroso en Guadalajara, ha ido perfeccionando su técnica, aunque sigue buscando ese salto que la catapulte a la élite mundial. En la final de Nanjing, su mejor intento fue de 6,72 metros, lo que le permitió colgarse el bronce, aunque quedó con la sensación de poder haber llegado más lejos. La estadounidense Claire Bryant (6,96 metros) y la suiza Annik Kalin (6,83 metros) ocuparon los dos primeros puestos.

A pesar de las molestias en la pierna de batida durante toda la temporada, Diamé valoró su logro con optimismo. “Esperaba alcanzar los 6,85 metros, pero una medalla siempre es motivo de celebración”, afirmó tras la prueba.

Con estos resultados, la nueva generación del atletismo español demuestra que tiene todo para hacer historia en este ciclo olímpico.