
Antes de convertirse en Papa, Jorge Bergoglio, el clérigo conocido como Francisco, solía bendecir a los jugadores de San Lorenzo antes de cada partido. Sin embargo, en 1998, fue expulsado del vestuario por el entrenador Alfio “el Coco” Basile, quien consideraba que la presencia de Bergoglio traía “mala suerte” al equipo.
Basile, quien en ese entonces debutaba como entrenador de San Lorenzo, relató en varias entrevistas la divertida anécdota. El 13 de marzo de 1998, día de su primer partido en el banquillo de los Cuervos, notó la presencia de un sacerdote, a quien no conocía, que se acercaba a bendecir a los jugadores antes del encuentro. Basile, quien era muy supersticioso, creyó que la presencia del cura traía mala suerte, por lo que pidió al presidente del club, Fernando Miele, que lo echara del vestuario.
En palabras de Basile, le preguntó a Miele: “¿Quién es ese cura?” y al recibir la respuesta de que era alguien habitual en el vestuario, pidió que lo expulsara, diciendo: “Este tipo viene siempre y no ganan a nadie. Contraten al cura, sáquenlo ya, no quiero ver ningún cura en el vestuario”. Miele, entonces, fue a hablar con Bergoglio, quien, sin saberlo, fue invitado a abandonar el vestuario.
Años después, Basile se encontró nuevamente con Miele, quien le dijo: “¿Viste quién es el Papa?” Cuando Basile lo reconoció, Miele le recordó con humor: “Ese es Bergoglio, el que echaste vos del vestuario”.
El día de su “expulsión”, San Lorenzo ganó su primer partido bajo la dirección de Basile por 4-1 contra Platense, con tres goles de Alberto “Beto” Acosta. Diez años después, ya como cardenal arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio se hizo socio del club con el número de carnet 88235-N.