
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura, murió a los 89 años. La noticia fue confirmada este domingo por sus hijos, quienes destacaron la vida plena y productiva del autor, y su legado literario perdurable.
Desde muy joven, Vargas Llosa supo que quería dedicarse a escribir. Esa convicción lo llevó a entregarse con disciplina férrea a la literatura, convirtiéndose en una figura clave de las letras hispanoamericanas. Con una producción que incluye 20 novelas, piezas teatrales, ensayos, cuentos y crónicas, su obra abarca temas políticos, sociales y personales que marcaron a generaciones de lectores.
Reconocido por obras como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo, Vargas Llosa también generó controversias por sus posturas ideológicas. Aun así, nunca dejó de ser un autor comprometido con su tiempo, al estilo de su temprano referente, Jean Paul Sartre.
Sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana informaron que no se realizarán homenajes públicos, en cumplimiento de los deseos del escritor, cuyos restos serán incinerados. Durante sus últimos días, estuvo rodeado de sus hijos y de su exesposa, Patricia Llosa Urquidi.
De Arequipa al mundo
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Mario solo vivió su primer año en esa ciudad antes de mudarse a Bolivia con su familia materna. Su infancia transcurrió entre Cochabamba, Piura y Lima. El reencuentro con su padre biológico, a quien creía muerto, marcó profundamente su vida y sería el inicio de una compleja relación paterna que influiría en su obra.
Durante su adolescencia, su padre lo inscribió en el colegio militar Leoncio Prado, una experiencia determinante que inspiraría su primera novela. Ya en Lima, se dedicó a estudiar Derecho y Literatura, trabajando también en periódicos y explorando diversas corrientes políticas e intelectuales. A los 19 años, contrajo matrimonio con su tía Julia Urquidi, lo que inspiraría La tía Julia y el escribidor.
París, el Boom y el reconocimiento mundial
A fines de los años 50, se trasladó a Europa y fijó residencia en París, donde conoció a varios escritores que formarían parte del “Boom latinoamericano”, como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Su novela La ciudad y los perros fue el punto de partida de una carrera internacional que lo consolidó como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea.
Vargas Llosa apoyó inicialmente la Revolución cubana, aunque más adelante se distanciaría de ese proceso. Este cambio marcó también una ruptura con García Márquez, con quien mantuvo una famosa amistad y posterior enemistad.
Ganador de premios como el Rómulo Gallegos y el Príncipe de Asturias, y miembro de la Academia Francesa, Vargas Llosa dejó una obra que desafía el tiempo, la política y la realidad misma. Su escritura, según él mismo expresó, nació del desacuerdo con el mundo y se mantuvo como una forma constante de rebeldía.
