El desafío de los migrantes indocumentados ante las políticas de Trump.

Marta siempre fue una estudiante destacada, logró obtener una beca para la Universidad de Columbia en Nueva York y recientemente se graduó en Ciencias Políticas y Religión. A pesar de sus logros académicos, actualmente trabaja limpiando casas debido a su situación migratoria irregular.

Originaria de México, su madre la llevó a Estados Unidos cuando tenía apenas dos años. Ahora, con 22 años, enfrenta la incertidumbre de su futuro en el país en el que creció, ya que no tiene opciones para regularizar su estatus y podría verse afectada por las deportaciones masivas anunciadas por el presidente Donald Trump.

Marta y su madre forman parte de los aproximadamente 11 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de 2022. Organizaciones especializadas en migración, como Migration Policy Institute y Pew Research Center, estiman que esta cifra podría aumentar a más de 13 millones en 2025.

El gobierno de Trump ha expresado su intención de llevar a cabo “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, priorizando a aquellos con antecedentes criminales, con el objetivo inicial de expulsar a un millón de personas. En julio del año pasado, el DHS registró 662,566 extranjeros con antecedentes penales en sus bases de datos.

Sin embargo, la amenaza de deportación no se limita a los migrantes con historial delictivo. También afecta a aquellos que, pese a llevar años en el país, no cuentan con una vía legal para obtener la residencia permanente debido a un sistema migratorio que no ha sido actualizado en casi 40 años.

¿Quiénes son los migrantes indocumentados?

Un migrante indocumentado es una persona que ingresó a Estados Unidos sin la debida autorización o que permaneció en el país después de la expiración de su visa, según el DHS. Dentro de esta categoría también se incluyen beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el parole humanitario.

El gobierno de Trump eliminó el TPS para 348,202 venezolanos y 520,694 haitianos, además de revocar el parole humanitario para más de 500,000 personas provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.

De acuerdo con la abogada Linda Dakin-Grim, solo existen cuatro formas de migrar legalmente a Estados Unidos:

  • La reagrupación familiar, que puede tardar hasta una década.
  • Las visas de trabajo, que solo benefician a 140,000 personas al año.
  • La lotería de visas.
  • Los programas de asilo y refugio.

Origen de los indocumentados

El 43.6% de los migrantes indocumentados en EE.UU. son mexicanos, seguidos por guatemaltecos, salvadoreños y hondureños. En los últimos años, la población venezolana ha aumentado a una tasa del 17% anual entre 2018 y 2022.

El número de indocumentados mexicanos ha disminuido, pasando de 5.5 millones en 2018 a 4.8 millones en 2022, pero aún representan el mayor grupo de migrantes sin documentos en el país.

En cuanto a Venezuela, Trump llegó a acuerdos con el gobierno de Nicolás Maduro para recibir vuelos de deportados, pero posteriormente retiró licencias a compañías petroleras estadounidenses en el país, acusándolo de incumplir con los compromisos.

Tiempo en el país y separación familiar

El 79% de los migrantes indocumentados lleva más de 12 años en EE.UU., y un 13% ha estado allí por más de 30 años. Para los más jóvenes, la deportación significaría regresar a países que no recuerdan, mientras que para los adultos, implicaría dejar atrás la vida que construyeron durante décadas.

Muchas familias tienen un estatus mixto, con miembros ciudadanos y otros indocumentados. Se estima que 5.1 millones de niños estadounidenses viven con un familiar indocumentado, según el American Immigration Council. Separar a estas familias podría generar estrés emocional y dificultades económicas, ya que muchas dependen del ingreso del familiar en riesgo de deportación.

Ubicación y empleo de los indocumentados

Los estados con más migrantes indocumentados son California (2.6 millones), Texas (2.1 millones), Florida, Nueva Jersey, Illinois y Nueva York. Aproximadamente el 44% vive en “estados santuarios”, como California y Nueva York, que han implementado leyes para proteger a los migrantes y restringir la cooperación con las autoridades federales.

En el ámbito laboral, los migrantes indocumentados representan el 4.8% de la fuerza laboral del país, con 8.3 millones de trabajadores en sectores clave como la agricultura, construcción, manufactura, alimentos y transporte. La industria agrícola, por ejemplo, ha solicitado al gobierno que excluya a los trabajadores indocumentados de las deportaciones, ya que representan casi la mitad de los empleados en este sector.

Viabilidad de las deportaciones

Trump no ha alcanzado el ritmo de deportaciones que esperaba. En su primer mes, su gobierno no superó el récord de Joe Biden, quien promedió 57,000 expulsiones mensuales, la cifra más alta en una década. Entre enero y febrero de este año, se estima que se deportaron 37,660 personas, según datos de DHS publicados por Reuters.

Expertos cuestionan la viabilidad de deportar a 13.3 millones de personas. Se calcula que costaría alrededor de 88,000 millones de dólares anuales y requeriría la construcción de numerosos centros de detención. Incluso si el 20% de los migrantes se fueran voluntariamente, tomaría más de una década completar las expulsiones.

A pesar de la incertidumbre, Marta y su madre no planean salir de Estados Unidos. Marta, decidida a cambiar el sistema desde dentro, ha decidido estudiar leyes para convertirse en abogada y luchar por los derechos de los migrantes.