“Tesla está en crisis”: los datos que evidencian el declive de la empresa de Elon Musk.

Las ventas de Tesla han caído a su punto más bajo en tres años. Durante el primer trimestre de 2025, la compañía entregó cerca de 337.000 vehículos, lo que representa una disminución del 13% con respecto al mismo periodo del año anterior, marcando la mayor caída en la historia de la empresa.

Aunque Tesla atribuye esta baja a la transición hacia una nueva versión de su modelo más vendido, los expertos señalan múltiples factores detrás de este retroceso, incluyendo la creciente competencia de fabricantes chinos como BYD y el impacto negativo que ha tenido la participación política de Elon Musk como funcionario en el gobierno de Donald Trump.

Algunos analistas, como Ross Gerber —uno de los primeros inversionistas de la compañía—, han sido particularmente críticos. En X, Gerber expresó: “Estas cifras dan asco. La marca está rota y puede que no tenga solución”. También pidió a la junta directiva que considere remover a Musk de su puesto como CEO.

Rechazo y boicots a nivel global

La imagen de Tesla también se ha visto afectada por protestas y llamados al boicot en distintos países, motivados por el controvertido rol político de Musk. El empresario lidera actualmente el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa de Trump para reducir el gasto público.

El medio Politico reportó recientemente que Trump podría remover a Musk del cargo próximamente. Tras esa noticia, las acciones de Tesla registraron una leve recuperación, aunque la Casa Blanca negó rotundamente la información.

Según la ley, Musk solo puede ocupar su rol en el gobierno por 130 días al año, lo que implica que tendría que dejar el cargo alrededor de junio.

Además de su rol político, Musk ha financiado activamente campañas electorales. En las últimas elecciones, donó más de 250 millones de dólares a la candidatura de Trump, y recientemente apoyó sin éxito al exfiscal general republicano Brad Schimel en las elecciones para la Corte Suprema de Wisconsin.

Las tensiones han aumentado: concesionarios de Tesla han sido blanco de protestas en EE.UU. y Europa, e incluso algunos vehículos han sido vandalizados. Trump advirtió que su administración procesará estos actos como “terrorismo doméstico”.

Preocupación entre inversionistas y sindicatos

El propio Musk ha reconocido que liderar sus empresas se ha vuelto una tarea difícil. En una entrevista reciente dijo: “Francamente, no puedo creer que esté aquí haciendo esto”. Desde enero, las acciones de Tesla han perdido más del 25% de su valor.

“Estos resultados son un desastre total”, opinó Dan Ives, analista de Wedbush, quien también señaló que el creciente involucramiento político de Musk está perjudicando seriamente a la marca.

En una presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores, Tesla intentó minimizar la gravedad de las cifras, indicando que solo representan dos variables del desempeño trimestral y que los resultados financieros completos se publicarán el 22 de abril. La empresa también indicó que pausó temporalmente la producción del Modelo Y en enero.

Mientras tanto, sindicatos como la Federación Estadounidense de Maestros han advertido a los fondos de pensiones sobre el desplome de Tesla. Su presidenta, Randi Weingarten, escribió a varios de estos fondos instándolos a revisar su inversión en la empresa, señalando que Musk parece más enfocado en la política que en la gestión de Tesla.

Brad Lander, contralor de Nueva York, anunció que estudia demandar a la compañía en nombre de los sistemas públicos de pensiones de la ciudad, que habrían perdido más de 300 millones de dólares en tres meses. “Musk está tan distraído que está llevando a Tesla hacia un colapso financiero”, afirmó.