
Los agricultores han encontrado en las abejas aliadas inesperadas para mantener a los elefantes alejados de sus cultivos.
A medida que las tierras de cultivo se expanden, se solapan con los hábitats de los elefantes, lo que provoca conflictos con consecuencias peligrosas. Sin embargo, en Kenia, tras años de investigación, los expertos han desarrollado una estrategia sencilla y efectiva: cercas formadas por colmenas.
Inspiradas en el conocimiento tradicional sobre el temor de los elefantes a las abejas, estas barreras son una solución eficaz y menos agresiva para reducir los encuentros conflictivos entre agricultores y elefantes. Su éxito ha llevado a que se implementen en diversos países, como Mozambique y Tailandia.
¿Por qué los elefantes evitan las abejas?
Investigadores de la organización Save the Elephants han estudiado la reacción de los elefantes ante las abejas y han confirmado que estos animales no solo evitan los árboles con colmenas, sino que también emiten sonidos de advertencia para alertar a su grupo del peligro. La picadura de una abeja, aunque pequeña, puede resultar muy molesta para estos gigantes, especialmente en zonas sensibles como la trompa y las orejas.
Un problema creciente y una solución efectiva
El conflicto entre humanos y elefantes es cada vez más común en distintas regiones del mundo. En Kenia, el aumento de la población y la demanda de recursos han llevado a una mayor invasión de elefantes en áreas habitadas en busca de alimento y agua. Esto representa un desafío para los agricultores, que dependen de sus cultivos para sobrevivir.
Hasta ahora, se han probado múltiples estrategias para ahuyentar a los elefantes, desde cercas eléctricas hasta repelentes de olores y luces brillantes. No obstante, el uso de colmenas ha resultado ser una alternativa especialmente prometedora, pues no sol

o mantiene a los elefantes alejados, sino que también ofrece beneficios económicos a las comunidades.
El funcionamiento de las cercas de colmenas
En 2008, la investigadora Lucy King probó por primera vez la idea de cercas con colmenas en Laikipia, Kenia. La estructura consiste en colmenas colocadas cada 10 metros, intercaladas con unidades falsas que simulan ser colmenas reales. Esto confunde a los elefantes y maximiza la efectividad del sistema con un menor costo.
Las abejas africanas, atraídas por elementos naturales como la cera de abeja y el aceite de hierba de limón, colonizan las colmenas, creando una barrera viva y natural. Para proteger una hectárea de cultivos, se requieren alrededor de 24 colmenas, de las cuales solo la mitad están ocupadas por abejas.
Más allá de la protección: Beneficios adicionales
Además de reducir el conflicto con los elefantes, estas cercas permiten a los agricultores obtener ingresos adicionales mediante la venta de miel. La implementación del sistema también empodera a las mujeres, quienes suelen encargarse de la protección de los cultivos y corren riesgos al enfrentarse a los elefantes.
Un estudio de larga duración, realizado entre 2015 y 2024 en el sur de Kenia, demostró que el 75% de los elefantes que se acercaban a las cercas con colmenas decidieron alejarse. Además, los agricultores lograron generar ingresos adicionales con la producción de miel.

Limitaciones y desafíos
A pesar de sus beneficios, este método no es infalible. Factores como las sequías o las lluvias excesivas pueden afectar a las poblaciones de abejas, reduciendo la efectividad de las cercas. En años de sequía, la falta de flores disminuye el número de abejas activas, permitiendo que más elefantes invadan las tierras de cultivo.
Para abordar estas limitaciones, los investigadores sugieren combinar esta estrategia con otras medidas de disuasión, como repelentes naturales o vigilancia nocturna. También destacan la importancia de involucrar a los gobiernos en la búsqueda de soluciones a largo plazo.
Un cambio en la convivencia entre humanos y elefantes
A pesar de los desafíos, los agricultores como Emmanuel Mwamba han visto resultados positivos. Su comunidad ha pasado de tener solo dos cercas con colmenas a contar con 700, protegiendo así los cultivos de tres aldeas.
Gracias a esta iniciativa, muchas personas han cambiado su percepción sobre los elefantes, entendiendo que la clave no es eliminarlos, sino aprender a coexistir con ellos de manera segura y sostenible.
